
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) colaboró con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la campaña “I am the future of work”, a través del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
Esta campaña tiene como objetivo alentar la inversión en una transición justa hacia el nuevo mundo laboral, que está cambiando por la digitalización, la globalización y los cambios demográficos.
Para ello, la OCDE realizó una serie de perfiles de distintos trabajadores (generacional, profesional, experiencia, intereses, ingresos, etc.) de Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón y México; además de realizarles entrevistas sobre cómo afectan los cambios tecnológicos a sus relaciones laborales.
La digitalización por ejemplo, ha provocado cambios que están afectando radicalmente la vida laboral como las nuevas tecnologías utilizadas para hacer un trabajo más eficiente, encontrar trabajo a través de plataformas en línea y colaborar de nuevas maneras con colegas en todos los países. Sin embargo, estos beneficios no son compartidos por todos. Muchos están experimentando los efectos negativos de la creciente desigualdad en salarios, oportunidades y riesgos, tendencias preocupantes para el futuro que se deben resolver.
A través de la campaña «Yo soy el futuro del trabajo», la OCDE apoyada por la Secretaría del Trabajo y previsión social, busca contribuir a un futuro positivo del trabajo, reuniendo las perspectivas e ideas de las personas sobre el trabajo y fomentando conversaciones orientadas a soluciones en todos los sectores y países. Con el fin de construir un mundo mejor de trabajo para todos
Sus prioridades
¿Cómo puede la tecnología crear un futuro del trabajo positivo?
Las tareas rutinarias que tradicionalmente realizaban las personas ahora son cada vez más las máquinas que las realizan. Mientras que el big data la inteligencia artificial y la potencia informática cada vez mayor, hacen que tareas complejas también se vayan automatizando. En consecuencia, también surgen nuevos trabajos como un entrenador de robots o un especialista en ética digital, pero no son los mismos, ni en tipo de trabajo ni en calidad, que los que están desapareciendo.
¿Cómo mantenemos las habilidades y el aprendizaje relevantes en el cambiante mundo del trabajo?
Los cambios en los trabajos que estamos haciendo significa cambios en las habilidades necesarias para hacerlos.
A medida que los avances tecnológicos continúan, algunas habilidades se vuelven obsoletas mientras que la demanda de otras aumenta. ¿Pero están recibiendo la capacitación necesaria quienes más lo necesitan? Garantizar que las personas puedan superar estos cambios con éxito y beneficiarse plenamente de la promesa de nuevas tecnologías significa ayudar a las personas a adquirir las habilidades adecuadas para nuevos trabajos y formas de trabajar en la escuela y durante toda su vida.
¿Cómo podemos mejorar la protección social para que todos se beneficien?
Cada vez más personas tienen trabajos «no estándar»: trabajan a tiempo parcial, tienen contratos temporales o trabajan por cuenta propia, incluso como trabajadores «por encargo».
En muchos países, los beneficios sociales y la negociación colectiva se han basado en la idea de que las personas tienen un trabajo estable a tiempo completo con un solo empleador, un modelo que se está volviendo rápidamente obsoleto.
¿Cómo podemos asegurarnos de que la calidad del trabajo sea una prioridad?
Si una persona tiene un trabajo de buena calidad o no, tiene un profundo impacto en su bienestar.
La calidad de un trabajo está determinada por sus salarios, estabilidad y condiciones de trabajo, desde la seguridad hasta las relaciones humanas. La digitalización ha traído beneficios, como oportunidades para un trabajo flexible y un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, pero también ha aumentado la inseguridad para los trabajadores «no estándar».